No puedo renunciar, no quiero. Sería olvidar que esta muerta, que alguna vez lo estuvo, y que fui yo quien la mató.
Ya no lo recuerdo tan claramente como hace tiempo, pensé que lo superaría. Y es que hice mucho; mucho que valió poco para lo que ella quería.
Sentí que si la dejaba morir, yo también lo haría; porque nunca había podido decirle que la amaba, que la necesitaba.
Tan perdidamente obsesionado la invoqué, la reviví; tomé sus recuerdos, palabras, gestos, sonrisas y miradas, y las volví a consumir. Una vez más estaba bajo el influjo de su esencia, de su naturaleza. Esa que alguna vez se mostró y dejó palpar por mis ojos.
Claro, estaba desquiciado; creí que sería distinto y, si bien lo es, nada había cambiado. De repente sentí que esta vez sí podría, que podría transmitir mis pensamientos, mis sentimientos. Logré emanar una vez más mucho de lo que había, y una vez más fue rechazado; ignorado.
Otra vez lo perdería todo, pero ¿qué perder? ¿acaso no lo había perdido todo ya? Lo poco que en mi interior estaba vivo se sentiría feliz de tenerla de nuevo. Ilusiones.
Y siempre volví a estar maravillado por su humanidad, y siempre revivo cuando el recuerdo ocasional la trae, cual botella devuelve el mar a la orilla que la vio partir, a mi mente. Y sonrío y me enamoro una vez más. Y así tendría que renunciar y erradicar los anhelos de justicia de mi corazón, una vez más.
Ya no lo recuerdo tan claramente como hace tiempo, pensé que lo superaría. Y es que hice mucho; mucho que valió poco para lo que ella quería.
Sentí que si la dejaba morir, yo también lo haría; porque nunca había podido decirle que la amaba, que la necesitaba.
Tan perdidamente obsesionado la invoqué, la reviví; tomé sus recuerdos, palabras, gestos, sonrisas y miradas, y las volví a consumir. Una vez más estaba bajo el influjo de su esencia, de su naturaleza. Esa que alguna vez se mostró y dejó palpar por mis ojos.
Claro, estaba desquiciado; creí que sería distinto y, si bien lo es, nada había cambiado. De repente sentí que esta vez sí podría, que podría transmitir mis pensamientos, mis sentimientos. Logré emanar una vez más mucho de lo que había, y una vez más fue rechazado; ignorado.
Otra vez lo perdería todo, pero ¿qué perder? ¿acaso no lo había perdido todo ya? Lo poco que en mi interior estaba vivo se sentiría feliz de tenerla de nuevo. Ilusiones.
Y siempre volví a estar maravillado por su humanidad, y siempre revivo cuando el recuerdo ocasional la trae, cual botella devuelve el mar a la orilla que la vio partir, a mi mente. Y sonrío y me enamoro una vez más. Y así tendría que renunciar y erradicar los anhelos de justicia de mi corazón, una vez más.