miércoles, 20 de julio de 2011

Lüz

Así como el día precede a la noche fuiste delante de mi tiempo.
Llevabas la sonrisa del cielo y los ojos del mar.
Vestías con los frutos del jardín de las Hespérides.
Llenaste el aire espeso de tu conjunción de aromas dulces.

La oscuridad se apoderó del momento y lo hizo eterno.
Se detuvo, entonces, la mano del creador y apretó las tuyas con fuerza.
Entre sueños de amnistía y comulgación te hundías y enredabas en las sábanas.
Y ya nada volvía a ser como lo imaginamos ¿verdad?

Quise irrumpir en tu desiderátum pero fue inútil.
Inútil como todo rezo y toda plegaria para no verte caer.
Triste ahora y herido después, el llanto nada curó.
Sólo el efervescente hielo de la piel rugía desde dentro.

En todo estaba tu reflejo, en todo.
La pequeña imagen de la luz.
La misma que creé cuando te vi nacer del pensamiento.
El crepúsculo llegó.

¿Dónde estabas entonces?, ¿dónde?
El alma profanada devastó y hirió la tierra.
Se levantó tu trémulo cuerpo y susurró el viento tu nombre.
La penumbra en soledad destiló los miedos y los sepultó en su corazón.

El fin de toda ilusión.

martes, 12 de julio de 2011

IACēRE

Dibuje tu cuerpo entero entre mis sábanas, cumplí con tus deseos más hipnóticos.
Conserve tus huellas en mi piel, tal como las dejabas cada noche.
Simplemente no quise olvidarte tan fácilmente, no tanto como vos querías.
Esculpí en tu vientre mis recónditas manos, alcancé tus suspiros.
Convertí dulzura en amargura, creí hacer lo me pedías.
Te borré de mi mirada y contemplé un nuevo amanecer, el fin de los días.

Ahora es peligroso sobrevivir sin tu sombra, más porque yazgo en la oscuridad.
Y absorto no se si vuelco mis pensamientos sobre tu recuerdo o sobre mi angustia.
Y pienso y reflexiono al respecto, siempre llegando a la misma salida.
¿Será este un nuevo día sin tus penas? Sin tus palabras y risas.
El ayer sigue avanzando y parece que; o yo me quedo quieto o él es más rápido.
Quisiera escuchar la voz del viento y oír tu canto de sirena en ella.

Siquiera mis letras se acoplan solas como un montón de hormigas en recolección.
Y tal vez, siempre tal vez perezcan mis sueños con el alumbrar del día.
Reconozco tu cabello colgado de una foto, reconozco su longitud.
Inconsciente o no empleo mi mente y cuerpo a la caída de los pájaros.
Vuelo y giro en el paisaje celestial de tu etérea ausencia, de tu conspiración.
Prevalezco erguido sobre la montaña de cadáveres que alguna vez te siguieron.