Penumbra y fiebre.
Disgusto y sofocación.
Algarabía y exultación.
Codicia y lamento.
Heridas en mi piel sintética.
El cable aéreo transporta el gemido del cielo
y a través de él se siente temblar el rayo.
Infinitud por doquier.
Cae en el silencio una muchedumbre encerrada en un susurro.
Heridas en mi voz eléctrica.
La sinfonía hace eco risueño en los recovecos del alma.
Fragmentos de memoria en el semblante se alzan pálidos
y en los dibujos del aura se encierra y ahoga la piedad.
Subyúgame melancolía dispersa y orgullosa de existir.
Heridas en mi alternativa deslumbrante.
Inexplicable agonía de sentir lo inexorablemente terco.
Preludio de oscuros amaneceres se clavan en los vértices del alma
y contemplan absortos las llamas que el cielo derrocha sobre nosotros.
Lluvia.
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