domingo, 10 de abril de 2011

MAGIA

Entre los estallidos de la noche se conformó tu figura ajena.
Libre de penumbras, libre de ensayos afónicos.
Pero presa de tu alma y de mi séquito.
Alzaste entonces la copa una vez más.

En la soledad de las penas danzaste, fuego con fuego.
Los cristales se esparcieron a tus pequeños pies.
El conjuro profetizado dió inicio a sus reacciones.
Juego sagrado con el brillo último de tus ojos.

Las estrellas, testigos fieles, quedaron en silencio
ante la magia suscitada desde dentro de los vientos.
Y en tu sonrisa se evocan alegorías de antaño.
Batallas revocadas e indiferentemente superfluas.

Combatimos lado a lado entre lágrimas y gemidos.
Entre anhelos nocturnos y repulsiones diurnas.
Sepultados por miradas obsoletas y palabras difusas.
Llega la calma, y con ella la verborragia.

Sólo nos divide un hilo de vicisitudes.
Una nimiedad de consuelo e infortunios encontrados.
Soplé; soplé y te elevaste por encima de todo.
Una vez más fue así por lo menos.

En un viaje sinfín, acólito y reina.
Imágenes alternas que quieren expresarse.
El destino envuelto en conceptos caóticos y abstractos.
Marcada a fuego la cruz del recuerdo.

No hay comentarios:

Publicar un comentario