lunes, 31 de enero de 2011

Veneratĭo al radĭus

Enero, 1940. De la mente de Gardner Fox y la mano de Harry Lampert nació el rayo, el primero de ellos. Jason Peter "Jay" Garrick fue bautizado, aunque lo conocerían más por su poderoso y veloz alias: Flash, el corredor escarlata. Dotado de una fuerza igual a la de la luz, producto de un accidente en el que inhalo un agua pesada con la que experimentaba. Miembro fundador de la JSA (Justice Society of America) e ícono de la denominada Golden Age (Edad de Oro de los cómics). Jay fue y es aún un dios entre dioses, un titán que recorre el mundo a la velocidad del rayo, siempre del lado inquebrantable de la justicia. Corrió y corre aún al lado de otros gigantes tales como: Green Lantern, The Spectre, Hawkman, Dr. Fate, Hour-man, Sandman, Atom, Johnny Thunder, etc. Porque toda historia, todo hito, todo dios posee un origen; rindo hoy homenaje, a 71 años de su primera aparición en los cómics que aletargaron su vida, a Jay Garrick, el eterno Flash, un rayo caído desde el cielo.

sábado, 29 de enero de 2011

ENSAYO I

Y de repente empecé a escribir.
Como en una mezcla de verborragia y agonía
yacía un espíritu indomable, un corcel enorme
que pisaba tan fuerte como el rayo.
En ausencia de retórica, la luna se fue a dormir
y los sueños se disiparon junto con el estigma.
Estigma desdibujado por la lluvia.
Lluvia pesada, distintamente atractiva para la vida.

Corrió como nunca y aún así no alcanzó su objetivo.
Como en un ensayo las gotas marcaron cual metrónomo.
Y otra vez el Sol quiso salir a jugar pero,
el galope de las nubes le negó estirar sus brazos.
En el elipse estelar alcanzó a verla. Indefinida. Aún.
Entonces hubo dos planetas que quisieron conocerla y se aproximaron.
No supieron detenerse y colisionaron entre sí. Estruendo.
Ella despertó de su aletargado sueño y se mezcló
con el polvo de las estrellas y restos del choque. Creo vida.
Miles de luces anunciaron el milagro.

Cayeron. Sobrevolaron el espacio entre sus pies y su boca.
Mineral. Supernova.
El silencio marcó el fin de la obra.
Terminaron alienados en un planeta llamado Tierra.
Comenzaron impulsivamente como un hombre y una mujer.
Tan solo paré de escribir.